Piedra, ambiente cálido, y toques de color en los ventanales. Siempre nos han cautivado los tonos de Deyà, pintoresco pueblo situado en el corazón de la Sierra de Tramuntana, entre los municipios de Valldemossa y Sòller. Por su situación, entre la montaña y el Mediterráneo, y sus solariegas casas de piedra figura entre nuestros destinos imprescindibles para sentir la auténtica Mallorca. Podríamos pasarnos horas contemplando sus vistas panorámicas y vagando sin rumbo fijo por sus empinadas y enigmáticas calles. Si tenéis la oportunidad de visitarla no dejéis de conocer a pie la Cala de Deyà. Llegar hasta ella caminando os dará la oportunidad de disfrutar de un agradable sendero donde
los tonos tierra se entremezclan con los verdes, con un encantador olivar, y al llegar a la cala os recibirá el azul del mar en su máxima expresión. Sus cristalinas aguas, en un entorno de rocas, suponen un regalo.
En el diseño de nuestra mallorquina Deyà queríamos que la singular orografía de esta localidad estuviera presente. Optamos por una base de piqué beige con tela de llengües en verdes, amarillos y crema para conseguir una combinación natural, fresca y llena de luz.
